Este documental de aproximadamente una hora de duración, asume un planteo que se orienta a la polémica: cuál rumbo es mejor el digital o el fílmico.
El fílmico recurre al celuloide y necesita muchos rollos y materiales para narrar una historia a través de un proyector. Sin duda es más caro que el procedimiento digital, pero los materiales duran más de modo que su producción es más barata. En Continuará, Emiliano Penelas (responsable del documental junto a Fermín Rivera) se encarga de explicar el proceso técnico. El numeroso instrumental que se utiliza es asombroso.
Otro aspecto sería desarrollar en el público una preparación estética acerca del cine fílmico, que permitiría valorar esas maravillas que nos ha regalado: joyas como las de Buster Keaton, Harold Lloyd y tantos otros, hasta que los espectadores exclamen junto a Continuara: “¡Cine, mi amor!”.
Germán Cáceres
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