El escritor Mircea Cartarescu dijo alguna vez que la “corrección política” puede tornarse una forma de censura y pienso yo que también de autocensura.
Ante ciertos acontecimientos y situaciones nos resultan posibles los grises, las medias tintas, no cabe la ambigüedad.
Las torturas y ejecuciones de La Inquisición medieval no son precisamente la aplicación práctica de los dichos de Jesús de Nazaret en el Monte de los olivos.
El bombardeo sobre la ciudad vasca de Gernika en nombre del “Occidente cristiano”.
Los campos de concentración y exterminio del nazismo muestran el paroxismo criminal del nacionalismo hitlerista.
Los Gulag del stalinismo ruso son la absoluta contratara de lo escrito por Karl Marx y Friedrich Engels respecto de la construcción de una sociedad socialista para la emancipación integral de las personas oprimidas y explotadas.
El lanzamiento de las bombas atómicas por parte del Estado norteamericano sobre las ciudades de Hiroshima y Nagaski no precisamente un mensaje de paz para la humanidad sino como afirmaba Albert Camus la perversa legitimación de las muertes planificadas.
La demonización de las personas que profesan la religión musulmana es una artera maniobra para justificar invasiones, bombardeos, etc. Esta acción de estigmatización no hace otra cosa que alimentar a las sectas fundamentalistas islámicas.
Desde la antigüedad los poderes establecidos han perseguido las disidencias y el librepensamiento, la acusación de brujas durante el medioevo y también tiempo después incinerándolas en la hoguera junto a herejes, ateos, agnósticos expone los matices más oscuros de la condición humana y los delirios en el ejercicio del poder.
Los genocidios en perpetrados en Latinoamérica durante décadas y sin cesar en nombre de la “doctrina de la seguridad nacional” diezmaron poblaciones como continuidad de las expediciones exterminadoras contra habitantes de diversas etnias con el objetivo de apropiarse de tierras y fundar los Estados Nación desde el norte al sur del continente americano.
La masacre perpetrada por una célula de asesinos en París en 2015 contra miembros de la revista satírica Charly Hebdo va en línea con los atentados contra el escritor de origen hindú Salman Rushdie y un entrevistador en el oeste.
En efecto, el autor de la novela Versos satánicos que parodia al profeta Mahoma fue herido gravemente casi como dando continuidad a la fetua (condena a muerte) lanzada en 1988 por el ayatolá Ruhollah Jomeini.
Un hecho cobarde y aberrante que muestra cómo siembran el terror a través de los dogmas y la exaltación del aniquilamiento de la persona diferente como camino hacia la gloria y la salvación de las almas.
Hecho tan repudiable como las persecuciones en Rusia y en Ucrania a quienes se oponen a la guerra y resisten con dignidad y constante hostigamiento al pueblo Mapuche en la Patagonia a un lado y otro de la Cordillera de Los Andes.
Carlos A. Solero
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