Las guerras por lo general ponen en evidencia las más tremendas miserias humanas y los actos más altruistas.
En efecto, vale recordar lo que contaba el escritor André Malraux respecto de su experiencia durante una de las Guerras mundiales cuando estando prisionero de las tropas germanas recibió la solidaridad de una campesina alemana a quien no le importó su nacionalidad para darle agua y alimento.
En la Primera Guerra Mundial, promediando la contienda, en un determinado momento y en período breve los soldados de ambas trincheras hartos de barbarie que los incitaba a matarse unos a otros por orden de los Estados acordaron no combatirse. Los oficiales ignorando la actitud de estos hombres los obligaron a continuar matándose.
Vale siempre volver a leer las novelas de Erich Maria Remarque Sin novedad en el frente, Tres camaradas y La chispa de la vida.
En el presente y otorgándole razón a Albert Einstein cuando decía que no sabía si el universo era infinito pero que la estupidez humana sin dudas podría serlo observamos cómo se expande por diversas latitudes la rusofobia y la ucranofobia.
Hay habido durante los últimos meses campañas boicoteando seminarios sobre la obra de Fedor Dostoievski, Lev Tolstoi y hasta la suspensión de conciertos de Chaikovski.
Es absurdo y perverso asociar todo lo ucraniano al nazismo ignorando la lucha ancestral en ese territorio por la libertad y contra el nacionalismo vaya por caso el movimiento de la Machnochina durante la revolución rusa y la guerra civil, libradas en Rusia y Ucrania.
Pienso en Mijail Bakunin y su ira crónica contra el belicismo, Vasili Grossman que cubrió como periodista el frente Este durante la Segunda Guerra Mundial y denunció los crímenes del nazismo y antes las campañas de exterminio stalinista.
Grossman además dejó testimonio de la batalla de Berlín y su libro Vida y destino es uno de los más importantes escritos durante el siglo XX equivalente en valía a La guerra y la paz de Tolstoi.
Vivenciamos tiempos dramáticos a nivel mundial toda la crueldad desplegada por los Estados contra los pueblos para perpetuar el capitalismo.
Digamos basta ya.
Carlos A. Solero
Julio de 2022
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