El juego de ajedrez tuvo sus inicios y se ha enseñado entre la nobleza desde hace miles de años. Hay desacuerdos en cuanto al lugar de invención del juego; sin embargo, se sabe claramente que ha mudado de continentes y ha llegado a la gente común a través de las sangrientas guerras, como las cruzadas de las que regresaron Antonius y Jöns, donde los reyes y aristócratas enseñaban el juego a los simples guerreros en tiendas de campaña entre batalla y batalla.
(En el intento de hacer una conexión entre el yo existencialista y el yo de Descartes y Kant)
En la primera escena, el caballero Antonius Block y su escudero Jöns, a la orilla del mar, regresan de una cruzada. El tablero de ajedrez espera a Antonius para un juego ante la Muerte.
No profundizaré en este artículo sobre la teología cristiana, o la Visión de Juan y los Siete Sellos; sólo señalaré que el juego frente a la muerte (si se pudiese ver de esa manera) tanto en la teología como en la historia comenzó con la expulsión de Adán y Eva del Paraíso y desde entonces la humanidad se ha topado con las puertas cerradas del Jardín del Edén, dentro del que se encuentra el árbol de la vida. Entre las diversas visiones se encuentra la visión del Apocalipsis la cual incluye la victoria ante la muerte.
Antonius obtiene el color blanco en el juego. ¡El lado que comienza la partida!
¿Y cómo no perder? ¡Al menos no perder!
En la mención de los cuentos de Las mil y una noches de Scheherazade, los viajes de Antonius tenían que ser relatados a manera de poesía narrativa para así mantener la curiosidad del Califa.
Como mencioné en el pasado durante una entrevista, existe cierta similitud entre el juego de ajedrez, la poesía y la literatura. Éstos tienen lugar en diversos planos y aspectos (en el ajedrez eso significa el plano táctico, de posición y estratégico), en ellos se requiere una moderación del ímpetu y la velocidad, patrones proporcionales que adquieren la forma de guantes de lógica con los cuales nos vestimos de fuego y fervor.
La Muerte hace trampa en el juego: se hace pasar por un sacerdote ante el cual Antonius confiesa su plan de combinar entre el alfil y el caballo. La clave para ganar reside en la armonía entre las piezas; es así como se lleva a cabo una batalla de ajedrez.
La conversación entre el caballero y el sacerdote impostor es fundamental para entender la película. Antonius es una figura que busca significado y alguna señal del Creador en un mundo caótico. Block habla de su ambición por el conocimiento. Cada partida de ajedrez desde principios de la historia está basada en el conocimiento adquirido y acumulado a través de de las partidas jugadas a lo largo de los años (se acostumbra en los tiempos modernos llevar un registro de los movimientos). El juego se analiza y se estudia y a partir de ahí es que se funda la teoría del ajedrez. El conocimiento está conformado por toda las universidades, desde Sócrates en Atenas y la filosofía de que el crecimiento se ramifica en las diversas ciencias. El mundo entero de la medicina se basa en conocimientos adquiridos por la experiencia a lo largo de la historia; así también la manera de sobreponerse ante las enfermedades y prolongar la vida humana en la época moderna.
Por supuesto, el siglo XX, como continuación de la Ilustración, nos mostró que el conocimiento por sí solo no es suficiente para obtener la victoria. El conocimiento debe estar apegado a los valores, la solidaridad y el amor puro; todos éstos están simbolizados en El Séptimo Sello.
La película muestra la pérdida de los valores del ser humano durante la caótica época de la epidemia de la Peste Negra. Pero la solidaridad y el sacrificio que surge a partir de la búsqueda de significado que demuestra Antonius al engañar a la Muerte en el juego, en donde de hecho pierde deliberadamente, hace que la Muerte pierda la concentración. Antonius sacrifica pero rescata al acróbata y a su esposa, que representan el amor simple, puro e inocente, y a su hijo Mikael, el silencioso héroe de la película.
Puede que en un futuro, Mikael se enfrente a la Muerte e intente detener la pelota en el aire como prevé su padre, el acróbata. Antonius pasa la antorcha a la siguiente generación.
La armonía entre las piezas del tablero se traduce en la solidaridad entre los seres humanos otorgando valor al amor inocente y a la amistad, a los valores supremos que son los que dan significado.
A lo largo de la historia nos hemos encontrado con solidaridad entre guerreros en la batalla; o si lo quisierais, la misma solidaridad social del filósofo James Taylor en el posmodernismo moderado.
Antonius dice tras la conversación con el supuesto sacerdote: «Soy Antonius Block. ¡Esta es mi mano! Y estoy jugando al ajedrez con la Muerte».
No encontramos respuesta en la película acerca de dónde se encuentra Dios en la caótica realidad, ¡pero Antonius nos muestra que dentro del juego de la vida él descubre su independencia! Su yo, el individualismo y el existencialismo. Cada persona es una entidad ante la realidad entera.
El ajedrez es un juego en el que calculamos los movimientos de antemano, imaginándonos de acuerdo a las leyes de la geometría de sesenta y cuatro casillas. He aquí la imaginación productiva de la que hablaba Kant.
Es cierto, no logramos encontrar al Creador. Pero hallamos al yo que lucha, juega, piensa.
Además, aquí tenemos una posición de continuidad histórica, del conocimiento acumulado por la humanidad, de los valores y el amor eliminados y destilados de la realidad como perlas de una cantera oscura. Todo esto en la búsqueda humana del significado y el intento de no perder.
Algunas palabras para finalizar:
Describo en este artículo sobre todo mis pensamientos sobre la película; por supuesto que no sé con certeza a qué se refiere el propio Bergman, nadie puede saberlo. Acepto el aspecto posmodernista de la literatura, de la existencia de la pieza más allá de su propio creador. Sí mencionaré que en una entrevista realizada a Bergman , él menciona que durante la realización de la película estaba obsesionado con la muerte, el asunto es evidente en esta película. Algo más que dijo Bergman es que la cara de dos personas es algo sorprendente— ésto en referencia a una pregunta sobre las tomas en primer plano de la cara de los actores bajo la luz y la sombra. Igualmente hay aquí una conexión, en mi opinión, con el juego del ajedrez: las expresiones faciales durante una partida son parte del asunto. También puede que haya un indicio de la teoría de Lévinas sobre el encuentro cara-a-cara —en su teoría del «otro» — que se relaciona con la solidaridad que mencionamos. La impresionante fotografía desde la apertura de luces y sombras en blanco y negro se relaciona con el ajedrez, que puede que tenga sólo dos colores, pero gran profundidad en cuanto a la complejidad de la tonalidad en cada posición.
David Lider
Poeta, pensador y ajedrecista israelí
Chessbase, 21 de noviembre de 2021, Pardes Hanna, Israel.
En la primera escena, el caballero Antonius Block y su escudero Jöns, a la orilla del mar, regresan de una cruzada. El tablero de ajedrez espera a Antonius para un juego ante la Muerte.
No profundizaré en este artículo sobre la teología cristiana, o la Visión de Juan y los Siete Sellos; sólo señalaré que el juego frente a la muerte (si se pudiese ver de esa manera) tanto en la teología como en la historia comenzó con la expulsión de Adán y Eva del Paraíso y desde entonces la humanidad se ha topado con las puertas cerradas del Jardín del Edén, dentro del que se encuentra el árbol de la vida. Entre las diversas visiones se encuentra la visión del Apocalipsis la cual incluye la victoria ante la muerte.
Antonius obtiene el color blanco en el juego. ¡El lado que comienza la partida!
¿Y cómo no perder? ¡Al menos no perder!
En la mención de los cuentos de Las mil y una noches de Scheherazade, los viajes de Antonius tenían que ser relatados a manera de poesía narrativa para así mantener la curiosidad del Califa.
Como mencioné en el pasado durante una entrevista, existe cierta similitud entre el juego de ajedrez, la poesía y la literatura. Éstos tienen lugar en diversos planos y aspectos (en el ajedrez eso significa el plano táctico, de posición y estratégico), en ellos se requiere una moderación del ímpetu y la velocidad, patrones proporcionales que adquieren la forma de guantes de lógica con los cuales nos vestimos de fuego y fervor.
La Muerte hace trampa en el juego: se hace pasar por un sacerdote ante el cual Antonius confiesa su plan de combinar entre el alfil y el caballo. La clave para ganar reside en la armonía entre las piezas; es así como se lleva a cabo una batalla de ajedrez.
La conversación entre el caballero y el sacerdote impostor es fundamental para entender la película. Antonius es una figura que busca significado y alguna señal del Creador en un mundo caótico. Block habla de su ambición por el conocimiento. Cada partida de ajedrez desde principios de la historia está basada en el conocimiento adquirido y acumulado a través de de las partidas jugadas a lo largo de los años (se acostumbra en los tiempos modernos llevar un registro de los movimientos). El juego se analiza y se estudia y a partir de ahí es que se funda la teoría del ajedrez. El conocimiento está conformado por toda las universidades, desde Sócrates en Atenas y la filosofía de que el crecimiento se ramifica en las diversas ciencias. El mundo entero de la medicina se basa en conocimientos adquiridos por la experiencia a lo largo de la historia; así también la manera de sobreponerse ante las enfermedades y prolongar la vida humana en la época moderna.
Por supuesto, el siglo XX, como continuación de la Ilustración, nos mostró que el conocimiento por sí solo no es suficiente para obtener la victoria. El conocimiento debe estar apegado a los valores, la solidaridad y el amor puro; todos éstos están simbolizados en El Séptimo Sello.
La película muestra la pérdida de los valores del ser humano durante la caótica época de la epidemia de la Peste Negra. Pero la solidaridad y el sacrificio que surge a partir de la búsqueda de significado que demuestra Antonius al engañar a la Muerte en el juego, en donde de hecho pierde deliberadamente, hace que la Muerte pierda la concentración. Antonius sacrifica pero rescata al acróbata y a su esposa, que representan el amor simple, puro e inocente, y a su hijo Mikael, el silencioso héroe de la película.
Puede que en un futuro, Mikael se enfrente a la Muerte e intente detener la pelota en el aire como prevé su padre, el acróbata. Antonius pasa la antorcha a la siguiente generación.
La armonía entre las piezas del tablero se traduce en la solidaridad entre los seres humanos otorgando valor al amor inocente y a la amistad, a los valores supremos que son los que dan significado.
A lo largo de la historia nos hemos encontrado con solidaridad entre guerreros en la batalla; o si lo quisierais, la misma solidaridad social del filósofo James Taylor en el posmodernismo moderado.
Antonius dice tras la conversación con el supuesto sacerdote: «Soy Antonius Block. ¡Esta es mi mano! Y estoy jugando al ajedrez con la Muerte».
No encontramos respuesta en la película acerca de dónde se encuentra Dios en la caótica realidad, ¡pero Antonius nos muestra que dentro del juego de la vida él descubre su independencia! Su yo, el individualismo y el existencialismo. Cada persona es una entidad ante la realidad entera.
El ajedrez es un juego en el que calculamos los movimientos de antemano, imaginándonos de acuerdo a las leyes de la geometría de sesenta y cuatro casillas. He aquí la imaginación productiva de la que hablaba Kant.
Es cierto, no logramos encontrar al Creador. Pero hallamos al yo que lucha, juega, piensa.
Además, aquí tenemos una posición de continuidad histórica, del conocimiento acumulado por la humanidad, de los valores y el amor eliminados y destilados de la realidad como perlas de una cantera oscura. Todo esto en la búsqueda humana del significado y el intento de no perder.
Algunas palabras para finalizar:
Describo en este artículo sobre todo mis pensamientos sobre la película; por supuesto que no sé con certeza a qué se refiere el propio Bergman, nadie puede saberlo. Acepto el aspecto posmodernista de la literatura, de la existencia de la pieza más allá de su propio creador. Sí mencionaré que en una entrevista realizada a Bergman , él menciona que durante la realización de la película estaba obsesionado con la muerte, el asunto es evidente en esta película. Algo más que dijo Bergman es que la cara de dos personas es algo sorprendente— ésto en referencia a una pregunta sobre las tomas en primer plano de la cara de los actores bajo la luz y la sombra. Igualmente hay aquí una conexión, en mi opinión, con el juego del ajedrez: las expresiones faciales durante una partida son parte del asunto. También puede que haya un indicio de la teoría de Lévinas sobre el encuentro cara-a-cara —en su teoría del «otro» — que se relaciona con la solidaridad que mencionamos. La impresionante fotografía desde la apertura de luces y sombras en blanco y negro se relaciona con el ajedrez, que puede que tenga sólo dos colores, pero gran profundidad en cuanto a la complejidad de la tonalidad en cada posición.
David Lider
Poeta, pensador y ajedrecista israelí
Chessbase, 21 de noviembre de 2021, Pardes Hanna, Israel.
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