por Carlos María Romero Sosa
(Prosa Editores, Buenos Aires, 2021. 88 páginas)
Los poemas están fechados desde el 30/12/19 al 01/01/21.
Hay en el libro un fuerte sentimiento religioso, pero es tan sincero y humano que un lector ateo puede apreciar su calidad y lirismo. Además, asombra su cultura en textos bíblicos. Diario de cuarentena en su mayor parte se compone de sonetos que exhiben belleza, una técnica impecable, fidelidad a la lengua castellana y abundantes y cultas frases latinas. Asimismo, se nota en Sosa una gran devoción por la versificación. Así, José Rafael Lantigua, Miembro de Número de la Academia Dominicana de la Lengua, opina que Romero Sosa es un “poeta que no ha renegado nunca de las viejas formas” y “Aquí está vivo el soneto para narrar una realidad y un tiempo gris, de incertidumbres varias”.
El poema «Cuarentena» despliega múltiples y reflexivas imágenes sobre los hombres y el mundo, ambos perecederos, pero con una pensamiento auspicioso hacia un ”… destierro ideando viajes/ no sé hacia qué jardines o qué eriales.”
Una suerte de cosmovisión de la naturaleza se exhibe a lo largo del texto: “La ansiedad me hace dar pasos/ aunque equivoque el sendero. /En cambio no yerra el árbol que calmo tiende hacia el cielo”. “Cuando más pesan las tardes, siento que más se aliviana/el alma y repuesta de alas/vuela y al recuerdo parte”.
No obstante la prevalencia de la emotividad, su profundidad reflexiva siempre está presente: “Pienso en la dicha y la pena/ tan repartidas que están/ y que como en la moneda/ cara y ceca no es igual.”
Su Diario de cuarentena también deja plasmada la irreversible soledad del hombre, cargada de tristeza y melancolía: “Como una calle sin tránsito/ cruzo por la soledad; / miro igual a cada lado/ por si de alguien hay señal”.
Hay homenajes a escritores y personalidades de la historia de la humanidad, entre ellos Euclides, Miguel Hernández, Leon Bloy, Fray Mamerto Esquiú, San Pablo, Chesterton, Walter Benjamin,
En muchas de sus poesías se nota un fuerte acento aforístico:”…y aburrirse es un compuesto/ de las desazones todas”.
Original, cálido y simpático el «Elogio al caldo de verduras casero». También se encuentra un capítulo de haikus muy logrados.
Carlos María Romero Sosa nació en Buenos Aires en los años cincuenta y desciende de notables personalidades salteñas: su abuelo Policarpo Romero (legislador) y su padre Carlos Gregorio Romero Sosa (historiador). Es poeta y ensayista, Lleva publicados (con el actual) diecisiete libros de poesía. Es investigador en varios temas: literatura, religión e historia. Como periodista colabora en numerosas publicaciones del país y del exterior. También ha brindado múltiples conferencias en varios países y, por supuesto, en el nuestro. Es Doctor en Derecho Penal y Criminología y profesor universitario de Filosofía del Derecho.
Germán Cáceres
Hay en el libro un fuerte sentimiento religioso, pero es tan sincero y humano que un lector ateo puede apreciar su calidad y lirismo. Además, asombra su cultura en textos bíblicos. Diario de cuarentena en su mayor parte se compone de sonetos que exhiben belleza, una técnica impecable, fidelidad a la lengua castellana y abundantes y cultas frases latinas. Asimismo, se nota en Sosa una gran devoción por la versificación. Así, José Rafael Lantigua, Miembro de Número de la Academia Dominicana de la Lengua, opina que Romero Sosa es un “poeta que no ha renegado nunca de las viejas formas” y “Aquí está vivo el soneto para narrar una realidad y un tiempo gris, de incertidumbres varias”.
El poema «Cuarentena» despliega múltiples y reflexivas imágenes sobre los hombres y el mundo, ambos perecederos, pero con una pensamiento auspicioso hacia un ”… destierro ideando viajes/ no sé hacia qué jardines o qué eriales.”
Una suerte de cosmovisión de la naturaleza se exhibe a lo largo del texto: “La ansiedad me hace dar pasos/ aunque equivoque el sendero. /En cambio no yerra el árbol que calmo tiende hacia el cielo”. “Cuando más pesan las tardes, siento que más se aliviana/el alma y repuesta de alas/vuela y al recuerdo parte”.
No obstante la prevalencia de la emotividad, su profundidad reflexiva siempre está presente: “Pienso en la dicha y la pena/ tan repartidas que están/ y que como en la moneda/ cara y ceca no es igual.”
Su Diario de cuarentena también deja plasmada la irreversible soledad del hombre, cargada de tristeza y melancolía: “Como una calle sin tránsito/ cruzo por la soledad; / miro igual a cada lado/ por si de alguien hay señal”.
Hay homenajes a escritores y personalidades de la historia de la humanidad, entre ellos Euclides, Miguel Hernández, Leon Bloy, Fray Mamerto Esquiú, San Pablo, Chesterton, Walter Benjamin,
En muchas de sus poesías se nota un fuerte acento aforístico:”…y aburrirse es un compuesto/ de las desazones todas”.
Original, cálido y simpático el «Elogio al caldo de verduras casero». También se encuentra un capítulo de haikus muy logrados.
Carlos María Romero Sosa nació en Buenos Aires en los años cincuenta y desciende de notables personalidades salteñas: su abuelo Policarpo Romero (legislador) y su padre Carlos Gregorio Romero Sosa (historiador). Es poeta y ensayista, Lleva publicados (con el actual) diecisiete libros de poesía. Es investigador en varios temas: literatura, religión e historia. Como periodista colabora en numerosas publicaciones del país y del exterior. También ha brindado múltiples conferencias en varios países y, por supuesto, en el nuestro. Es Doctor en Derecho Penal y Criminología y profesor universitario de Filosofía del Derecho.
Germán Cáceres
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