Conversaciones con Carlos Penelas
por Gustavo Merino
(Fundación Industrias Culturales Argentinas, Buenos Aires, 2021, 116 páginas)
Este libro, donado por su autor, forma parte del catálogo de la Biblioteca. Siendo socio puede retirarlo para su lectura.
(Fundación Industrias Culturales Argentinas, Buenos Aires, 2021, 116 páginas)
El libro, según los títulos de los capítulos, se gestó entre abril 2020 y marzo 2021, y cada uno de ellos se inicia con una frase de un escritor o de un filósofo.
Emotivo el prólogo –muy bien escrito, como el resto del libro–, en el cual Gustavo Merino ve en el poeta Carlos Penelas "un hombre refinado que habla sobre diversas temáticas vinculadas con el arte, el ocio creativo y las utopías irrealizadas". Éste, por su parte, en ningún momento olvida su oficio y en una oportunidad dice: “Pero el poeta ve en los ojos de la amada la hora inmóvil, la noche y el alba como ofrendas de eternidad”.
En el primer capítulo se menciona una cita estupenda de Virginia Woolf: “la literatura es el registro de nuestro descontento”. Además, se describe el ámbito familiar pleno de ensoñaciones en que se crió el entrevistado, que se autodefine como contrario al populismo y escéptico frente al panorama del mundo contemporáneo: “Todo está degradado. El gusto, la moda, lo intelectual, el deporte, la televisión, los diarios. Absolutamente todo en nuestro país y en el mundo”.
Merino actúa como una suerte de psicoanalista literario que sabe bucear en los hechos personales que anidan en la obra y en la vida de Penelas, que conducido por la brillante indagación de aquél habla de las obras de célebres escritores y de artistas pertenecientes a todo tipo de manifestación cultural. Así, enfatiza su admiración sin límites hacia su difunto amigo, el profesor e intelectual Héctor Ciocchini, a cuyos familiares y amigos los hace suyos: “No era una elite, era una especie en extinción (…) reunía seres mágicos, talentosos, sensibles”.
Carlos Penelas es un ejemplo de que la cultura no está reñida con el deporte. Es un gran aficionado a la natación y el fútbol (hincha de Independiente) y opina: “…ver a Bochini, hablo de un ícono, era la Belleza que evocó Píndaro. Creo saber más de fútbol que de literatura”. Sin embargo, pese a este comentario ameno, confiesa que está desilusionado con nuestro país “…que perdió alegría, esperanza. Es parte de la corrupción, de la decadencia, de la falta de cultura”/ "Un fenómeno degenerativo que toca a toda la sociedad argentina, amasada de inautenticidad y de neurosis.” Asimismo impugna a la vida moderna, a la que considera insulsa y mediocre.
Notable el diálogo que mantienen Merino y Penelas sobre la literatura norteamericana. A medida que recorra el libro, el lector se irá enriqueciendo en todos los matices de la cultura.
También despierta simpatía y nostalgia el homenaje que prodiga a la clásica novela de aventuras: Alejandro Dumas –Los tres mosqueteros, El conde de Montecristo–, Julio Verne –20.000 leguas en un submarino–, Emilio Salgari – Sandokan-.
Hacia el final Penelas confiesa modestamente: “…soy apenas un simple lector de Góngora”.
En resumen, un libro que gratificará a los amantes de la literatura y la cultura.
Gustavo Merino (1963, Tres de Febrero, Pcia. de Buenos Aires) es abogado y cuentista inédito. Representó a instituciones de prestigio y ejerció el periodismo. Se considera estoico y, a la vez, epicúreo. Políticamente se define como “liberal de izquierdas y filosóficamente como ácrata”.
Carlos Penelas (1946, Avellaneda, Pcia. de Buenos Aires) publicó más de treinta libros de poesía y prosa. Mereció numerosos premios. Colaboró en diarios del interior y de CABA, y también de España y de Europa. Su obra es valorada en el país y en el exterior.
Germán Cáceres
Emotivo el prólogo –muy bien escrito, como el resto del libro–, en el cual Gustavo Merino ve en el poeta Carlos Penelas "un hombre refinado que habla sobre diversas temáticas vinculadas con el arte, el ocio creativo y las utopías irrealizadas". Éste, por su parte, en ningún momento olvida su oficio y en una oportunidad dice: “Pero el poeta ve en los ojos de la amada la hora inmóvil, la noche y el alba como ofrendas de eternidad”.
En el primer capítulo se menciona una cita estupenda de Virginia Woolf: “la literatura es el registro de nuestro descontento”. Además, se describe el ámbito familiar pleno de ensoñaciones en que se crió el entrevistado, que se autodefine como contrario al populismo y escéptico frente al panorama del mundo contemporáneo: “Todo está degradado. El gusto, la moda, lo intelectual, el deporte, la televisión, los diarios. Absolutamente todo en nuestro país y en el mundo”.
Merino actúa como una suerte de psicoanalista literario que sabe bucear en los hechos personales que anidan en la obra y en la vida de Penelas, que conducido por la brillante indagación de aquél habla de las obras de célebres escritores y de artistas pertenecientes a todo tipo de manifestación cultural. Así, enfatiza su admiración sin límites hacia su difunto amigo, el profesor e intelectual Héctor Ciocchini, a cuyos familiares y amigos los hace suyos: “No era una elite, era una especie en extinción (…) reunía seres mágicos, talentosos, sensibles”.
Carlos Penelas es un ejemplo de que la cultura no está reñida con el deporte. Es un gran aficionado a la natación y el fútbol (hincha de Independiente) y opina: “…ver a Bochini, hablo de un ícono, era la Belleza que evocó Píndaro. Creo saber más de fútbol que de literatura”. Sin embargo, pese a este comentario ameno, confiesa que está desilusionado con nuestro país “…que perdió alegría, esperanza. Es parte de la corrupción, de la decadencia, de la falta de cultura”/ "Un fenómeno degenerativo que toca a toda la sociedad argentina, amasada de inautenticidad y de neurosis.” Asimismo impugna a la vida moderna, a la que considera insulsa y mediocre.
Notable el diálogo que mantienen Merino y Penelas sobre la literatura norteamericana. A medida que recorra el libro, el lector se irá enriqueciendo en todos los matices de la cultura.
También despierta simpatía y nostalgia el homenaje que prodiga a la clásica novela de aventuras: Alejandro Dumas –Los tres mosqueteros, El conde de Montecristo–, Julio Verne –20.000 leguas en un submarino–, Emilio Salgari – Sandokan-.
Hacia el final Penelas confiesa modestamente: “…soy apenas un simple lector de Góngora”.
En resumen, un libro que gratificará a los amantes de la literatura y la cultura.
Gustavo Merino (1963, Tres de Febrero, Pcia. de Buenos Aires) es abogado y cuentista inédito. Representó a instituciones de prestigio y ejerció el periodismo. Se considera estoico y, a la vez, epicúreo. Políticamente se define como “liberal de izquierdas y filosóficamente como ácrata”.
Carlos Penelas (1946, Avellaneda, Pcia. de Buenos Aires) publicó más de treinta libros de poesía y prosa. Mereció numerosos premios. Colaboró en diarios del interior y de CABA, y también de España y de Europa. Su obra es valorada en el país y en el exterior.
Germán Cáceres
Este libro, donado por su autor, forma parte del catálogo de la Biblioteca. Siendo socio puede retirarlo para su lectura.
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