Dios no podía soportar su felicidad
cuando los oía reír juntos en el jardín.
Los sorprendió arrodillados en la inmundicia
(o peor), con jugo de granada
resbalándoles por la cara. Los descubrió
cortando un higo con fresca delicia
como si algo capital se les hubiera manifestado.
Me parece que todo - la serpiente, la manzana
con el conocimiento del bien y el mal - era un galimatías
porque Dios no podía consentir quedarse solo
con su creación mientras Adán y Eva se lo pasaban
tan bien como un hombre y una mujer juntos en el Paraíso,
igual que nosotros, amor, igual que nosotros.
Edward Hirsch
Lay Back the Darknes / Aligeren a la oscuridad, 2003
(Versión de Pedro Casas Serra)
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