de Ricardo Piglia
(Anagrama, Buenos Aires, 2018, 192 páginas)
En «Liminar» es realmente inesperado el análisis que realiza Karl Marx acerca del delincuente como promotor de fuentes de trabajo y de aumento de la producción. Su nota termina así: “…a partir del momento en que el mal cesara, la sociedad decaería necesariamente, si es que no perece.”
El libro se compone de doce cuentos. El primero –«La música»– tiene el mérito de la totalidad del texto: una prosa llana que invita a leer. Trata del famoso “Caso Pesic”, y presenta un encuentro ficcional entre el marinero yugoslavo y el comisario Croce.
«La película» es imaginativa no solo en su costado narrativo, sino en las fuentes que se mencionan.
Son deslumbrantes las descripciones (“Su rostro parecía enrojecido por el fragor de una fragua exigida a pleno y sus pulmones se movían como un fuelle…”) Además, se enuncian proclamas incendiarias en “El Astrólogo” – el personaje de Roberto Arlt–, que Piglia incorpora a este cuento que lleva su nombre. Sabrosos los comentarios de Croce: “–Soy un simple comisario de pueblo, pero no se imagina las cosas que he visto (…) Hay que lidiar con el mal y con la estupidez ajena”.
El protagonista posee una visión peculiar del crimen, como lo expresa en «El jugador», estupendo cuento por su desarrollo y estructura, del cual el autor da como única referencia que “…proviene de una anotación de Chéjov…”
«La excepción» seguramente apasionará tanto a los escritores y gramáticos, como a los que consultan el diccionario y – ¿por qué no?– a los aficionados a las palabras cruzadas, dado que “Usó su técnica de asociar libremente y trató cada palabra como si encerrara una vía de escape de la cárcel del lenguaje”. En Los casos del comisario Croce, Piglia no deja de hacer citas y comentarios que revelan su impresionante cultura.
Suspenso y misterio a la vez ofrece «El impenetrable», auténtica joya literaria, cuya trama es recorrida por una atmósfera brumosa.
Amena e ingeniosa resulta «La señora X», así como sagaz «La promesa», que está basada en La leyenda de Tata Dios, una matanza xenófoba que ocurrió en Tandil, Pcia. de Buenos Aires, en enero de 1872.
En «La conferencia», se evoca una supuesta charla sobre el género policial dada por Borges en el pueblo donde vivía Croce, cuando éste era un joven pesquisa que no usaba uniforme. En ella Borges afirmaba que “Nos atraen por igual, debemos reconocerlo, el bien y el mal. Incluso, dicho en confianza y entre nosotros, más el atractivo pecado y el infierno que el pacífico paraíso y la monótona decencia”. Resulta jugosa la especulación que hacen Croce y Borges acerca de un crimen imaginario.
«El Tigre» es un anecdotario de las situaciones insólitas vividas por el comisario debido a su profesión.
Durante la lectura de «La resolución», un análisis deductivo propio del Sherlock Holmes de Conan Doyle produce en el lector un interés casi hipnótico.
Por su parte, «El método» señala, entre las curiosas sentencias de Croce, que “El destino verdadero de un kantiano es la escuela de policía”. El comisario cuenta con un razonamiento nebuloso que culmina en una luminosa intuición intelectual.
Ricardo Piglia (Adrogué, 1941-Buenos Aires, 2017) escribió Los casos del comisario Croce con una computadora ocular Tobii –sufría una esclerosis que lo inmovilizó– la cual según el autor “parece una máquina telépata”. Está considerado uno de los más brillantes escritores de la literatura actual en lengua española. Es responsable de cinco novelas: Respiración artificial, La ciudad ausente, Plata quemada, Blanco nocturno y El camino de Ida; los cuentos reunidos en Nombre falso, La invasión y Prisión perpetua. También de Formas breves, El último lector y Antología personal. Un trabajo autobiográfico de tres tomos lo componen Los diarios de Emilio Renzi. Recibió numerosos premios nacionales e internacionales, entre ellos el Planeta Argentina, el Internacional de Novela Dashiell Hammett, el Casa de las Américas de Narrativa y el Formentor de las Letras.
Germán Cáceres
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