de Norma Minniti
(Niña Pez Ediciones, Buenos Aires, 2019, 60 páginas)
Este libro destinado a los chicos lleva el subtítulo de «Poemas con sonido, color y forma».
La primera parte se titula «Sonidos de estación». Son excelentes las ilustraciones de la propia autora, en un estilo humorístico y grato al lector infantil. Las figuras representadas están en movimiento como el ritmo de los poemas. «Otoño» juega con las palabras y las onomatopeyas y posee una concepción formal moderna: por ejemplo, “me caigo” está escrito en una línea diagonal inclinada hacia abajo, una manera de que los jóvenes lectores se vayan acostumbrando a las audacias de la poesía contemporánea. «Invierno», después de jugar con ocurrencias sobre hojas caídas, un árbol, una golondrina, un zorzal y una paloma, termina en una tipografía circular que dice: “Mamá me prepara un chocolate calentito”. «Primavera» inventa verbos como “plapear”, que es el ruido que hace la lluvia al caer: “Pla, pla, pla”. La última estrofa aparece con letras celestes y culmina con una colorida figura de un arco iris. «Verano» expone un concierto ejecutado por una abeja, un grillo –que es el director de la orquesta–, una chicharra, una rana, una paloma, varios patos y el grafismo de unas notas musicales que coronan una poesía que no cesa de bromear.
La segunda parte comprende «Caligramas», que son los poemas cuyos versos conforman una imagen visual. De esta manera, Norma Minniti une sus dos vocaciones, la literatura y la plástica, para que un mensaje de amor tome la silueta de una paloma, tres caligramas a color den cuenta de la transformación de un gusanito en mariposa, el viento produzca olas en el mar que da a una playa donde está jugando un niño, una gota se desplace en una telaraña y, en el último, un pajarito vuele. La autora a continuación despliega en versos la escritura de los caligramas para una mayor comprensión por parte de los chicos.
En «Combiversos» se propone al niño que combine los versos de varios poemas formando otros distintos.
Concluye el libro con «Un día en el lago», que presenta una serie de bellos haikus divididos en los cuatro períodos del día: la mañana, el mediodía, el atardecer y la noche.
Sonicoloformas logra su objetivo: entretener, ofrecer hermosas imágenes e introducir al chico en el difícil y maravilloso mundo de la poesía.
Norma Minniti obtuvo mención en los concursos “del Giúdice” y “Discépolo”, de Cultura de La Matanza, cuyo colectivo “Autores de La Matanza” integra. Publicó, además, Los títeres de Bucubuc y otros cuentos con juguetes y Desapariciones (relatos de terror).
Germán Cáceres
La primera parte se titula «Sonidos de estación». Son excelentes las ilustraciones de la propia autora, en un estilo humorístico y grato al lector infantil. Las figuras representadas están en movimiento como el ritmo de los poemas. «Otoño» juega con las palabras y las onomatopeyas y posee una concepción formal moderna: por ejemplo, “me caigo” está escrito en una línea diagonal inclinada hacia abajo, una manera de que los jóvenes lectores se vayan acostumbrando a las audacias de la poesía contemporánea. «Invierno», después de jugar con ocurrencias sobre hojas caídas, un árbol, una golondrina, un zorzal y una paloma, termina en una tipografía circular que dice: “Mamá me prepara un chocolate calentito”. «Primavera» inventa verbos como “plapear”, que es el ruido que hace la lluvia al caer: “Pla, pla, pla”. La última estrofa aparece con letras celestes y culmina con una colorida figura de un arco iris. «Verano» expone un concierto ejecutado por una abeja, un grillo –que es el director de la orquesta–, una chicharra, una rana, una paloma, varios patos y el grafismo de unas notas musicales que coronan una poesía que no cesa de bromear.
La segunda parte comprende «Caligramas», que son los poemas cuyos versos conforman una imagen visual. De esta manera, Norma Minniti une sus dos vocaciones, la literatura y la plástica, para que un mensaje de amor tome la silueta de una paloma, tres caligramas a color den cuenta de la transformación de un gusanito en mariposa, el viento produzca olas en el mar que da a una playa donde está jugando un niño, una gota se desplace en una telaraña y, en el último, un pajarito vuele. La autora a continuación despliega en versos la escritura de los caligramas para una mayor comprensión por parte de los chicos.
En «Combiversos» se propone al niño que combine los versos de varios poemas formando otros distintos.
Concluye el libro con «Un día en el lago», que presenta una serie de bellos haikus divididos en los cuatro períodos del día: la mañana, el mediodía, el atardecer y la noche.
Sonicoloformas logra su objetivo: entretener, ofrecer hermosas imágenes e introducir al chico en el difícil y maravilloso mundo de la poesía.
Norma Minniti obtuvo mención en los concursos “del Giúdice” y “Discépolo”, de Cultura de La Matanza, cuyo colectivo “Autores de La Matanza” integra. Publicó, además, Los títeres de Bucubuc y otros cuentos con juguetes y Desapariciones (relatos de terror).
Germán Cáceres
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