Hace unos días, Pedro Acuña – abogado, hombre culto, fino lector – me alcanzó una carta que Pascual Vuotto le había escrito a su tía, Da. Aicida Schenone de Villagra, maestra de su pequeña hija, Themis Vuotto. Está fechada el 25 de noviembre de 1938. Un texto no sólo emotivo sino de calidad literaria, donde se manifiesta principios y elevada formación. La maestra de la niña fue una gran educadora y llegó a ser inspectora distrital de Mercedes. Falleció en 1958; Themis, en 2003.
Luis Danussi, padre de Rocío, fue el primero en hablarme de él. Luis Franco me presentó a su gran amigo Pascual Vuotto en Mar del Plata. Sospecho que era el verano de 1979. Vuotto: una leyenda ética del idealismo libertario. Se lo conoce por un hecho histórico terrible: Los presos de Bragado. Un caso de tortura policial de la Década Infame (1930-1943). Fue detenido arbitraria y falsamente, acusado de haber puesto una bomba el 5 de agosto de 1931. Estuvo preso desde 1931 hasta 1942. Había sido condenado a cadena perpetua. Sufrió los peores tormentos. Un suceso trascendente de nuestra historia, hoy casi olvidado. Años de lucha por lograr su libertad. En todo el país se formaron comités de solidaridad por los detenidos. Se realizaron actos, marchas, publicaciones. Fueron sus defensores el Dr. Enrique Corona Martínez, el Dr. Carlos Sánchez Viamonte y el Dr. Gabriel Bajardi.
Vuotto, obrero ferroviario, publica Vida de un proletario, en 1935. Se llegarán a vender, en sucesivas ediciones, más de 34.000 ejemplares. Fernando Quesada escribió Por la libertad de Los Presos de Bragado; Carlos Sánchez Viamonte, Defensa de un proletario. En 1991 Vuotto presenta en la Federación Libertaria Argentina El Proceso de Bragado ¡Yo acuso!
Sus restos fueron velados en la FLA. Lo despidieron el anarquista Enrique Palazzo y el socialista Guillermo Estévez Boero. Había nacido en 9 de Julio, Provincia de Buenos Aires, el 5 de enero de 1904. Murió el 16 de febrero de 1993 en Buenos Aires. Sus restos fueron cremados en el cementerio de Berazategui. Se había casado con la militante anarquista Donatila Barrera. Libros de su biblioteca hoy están en la mía por donación de Themis.
Sra. Aicida S. de Villagra
Distinguida señora:
Mi compañera se ha permitido hacerme partícipe del contenido de su carta. Y he experimentado la más viva satisfacción, no porque haya sentido halagada mi vanidad de padre, sino porque usted ha puesto alas a mis esperanzas al hablarme así de esa hijita a través de quien veo la luz del día.
La ignorancia, el egoísmo y los desenfrenados apetitos humanos han hecho de la vida, que lo bello y simple como una flor, como una sonrisa o como una lágrima, algo que nos tortura y nos hace desdichados. Yo, que no tuve infancia, valorizo lo que es para el niño no acercarse a las fuentes impuras y es por ello que me empeño en mantenerlos alejados de las pequeñas miserias humanas. Quisiera que fueran toda bondad, todo amor para sus semejantes. Por eso ellos no saben del dolor de mi drama más que aquello que les llega de reflejo.
Se extrañará usted al leer estas consideraciones tan ajenas a su carta y al motivo que la determinó. Es que quiero demostrarle que comprendo su conducta para con mi pequeña y comparto también sus íntimas satisfacciones al ser objeto de esas manifestaciones de cariño por parte de mi nena.
¿Conoce usted el proceder de los griegos para con las mujeres próximas a ser madres? Yo, que viví casi como Diógenes, me esforcé en que los pájaros sustituyeran a las bellas estatuas y a la música, para que la bonanza y modesta belleza de un lugar apacible obrara de reflejo sobre mi futura hijita.
¿Es ridículo que yo, en estas circunstancias, haga a usted estas confesiones? No importa; son sinceras y espontáneas. Usted me excusará. No he leído esa publicación. Pero quiero llama su atención sobre el nombre de mi nena. Esa es mi única y secreta venganza contra quienes me arrojaron este abismo, de donde he de salir no lejano día. La verdad triunfará y mi hijita con su nombre reprochará a la actual sociedad de sus crímenes cometidos en nombre de la ley y la justicia.
Señora: le ruego quiera aceptar mi más honda gratitud por todo cuanto hizo usted de mi nena y para ella. Es la gratitud de un corazón humano que nunca albergó el odio.
Salúdale con toda consideración
P. Vuotto
25/11/38
Nota: El 28 de julio de 1993 el Congreso Nacional sancionó la ley 24.233, por un proyecto de Estévez Boero que “desagravia el nombre y la memoria” de Los Presos de Bragado. Vuotto había fallecido cuatro meses antes de dicha reparación.
Carlos Penelas
Buenos Aires, 24 de noviembre de 2018
Distinguida señora:
Mi compañera se ha permitido hacerme partícipe del contenido de su carta. Y he experimentado la más viva satisfacción, no porque haya sentido halagada mi vanidad de padre, sino porque usted ha puesto alas a mis esperanzas al hablarme así de esa hijita a través de quien veo la luz del día.
La ignorancia, el egoísmo y los desenfrenados apetitos humanos han hecho de la vida, que lo bello y simple como una flor, como una sonrisa o como una lágrima, algo que nos tortura y nos hace desdichados. Yo, que no tuve infancia, valorizo lo que es para el niño no acercarse a las fuentes impuras y es por ello que me empeño en mantenerlos alejados de las pequeñas miserias humanas. Quisiera que fueran toda bondad, todo amor para sus semejantes. Por eso ellos no saben del dolor de mi drama más que aquello que les llega de reflejo.
Se extrañará usted al leer estas consideraciones tan ajenas a su carta y al motivo que la determinó. Es que quiero demostrarle que comprendo su conducta para con mi pequeña y comparto también sus íntimas satisfacciones al ser objeto de esas manifestaciones de cariño por parte de mi nena.
¿Conoce usted el proceder de los griegos para con las mujeres próximas a ser madres? Yo, que viví casi como Diógenes, me esforcé en que los pájaros sustituyeran a las bellas estatuas y a la música, para que la bonanza y modesta belleza de un lugar apacible obrara de reflejo sobre mi futura hijita.
¿Es ridículo que yo, en estas circunstancias, haga a usted estas confesiones? No importa; son sinceras y espontáneas. Usted me excusará. No he leído esa publicación. Pero quiero llama su atención sobre el nombre de mi nena. Esa es mi única y secreta venganza contra quienes me arrojaron este abismo, de donde he de salir no lejano día. La verdad triunfará y mi hijita con su nombre reprochará a la actual sociedad de sus crímenes cometidos en nombre de la ley y la justicia.
Señora: le ruego quiera aceptar mi más honda gratitud por todo cuanto hizo usted de mi nena y para ella. Es la gratitud de un corazón humano que nunca albergó el odio.
Salúdale con toda consideración
P. Vuotto
25/11/38
Nota: El 28 de julio de 1993 el Congreso Nacional sancionó la ley 24.233, por un proyecto de Estévez Boero que “desagravia el nombre y la memoria” de Los Presos de Bragado. Vuotto había fallecido cuatro meses antes de dicha reparación.
Carlos Penelas
Buenos Aires, 24 de noviembre de 2018
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