de Fernando Kofman
(Ediciones La Carta de Oliver, Buenos Aires, 2018, 96 páginas)
Desde la ilustración de la tapa, un bello fotograma de Alemania, año cero (1948/Roberto Rossellini), el autor manifiesta su pasión cinéfila, que atestigua en el poemario con citas de películas y de grandes realizadores (por ejemplo: Welles, Fassbinder, Hitchcock, Ozu, Antonioni, Fellini, Resnais, Cameron y el argentino Pablo Giorgelli).
La poesía que da título al libro figura en la Primera Parte y menciona a los que “tienen mente de ejecutivos, disfrazados de directores de cine”.
En “Bergman” alude –mientras menciona zonas de nuestro país– a la filmografía del gran cineasta sueco.
Kofman no apela a ninguna vanguardia ni pretende forjar una poesía experimental, sino que se propone conversar profundamente con el lector sobre la vida cotidiana y expresar su íntimo sentido de justicia social (“…El vagón del subte está/ completo, sólo se/ ven cabezas. / Al fondo un muchacho/ canta baladas, y lo/ hace bien. Son seis/ o siete estaciones. / Este chaleco de fuerza/ invisible no es tan/ horrendo. ¿Y si la/ muerte fuera así?:/ hundirnos pero/con una bella música/ al oído.”) (“…El amor es errabundo. / Es un animal herido. /Pero más densa es la/ soledad. Un camino que/ nos deja entre la autopista/ y la fábrica.”)
En la Segunda Parte se encuentra “Cuando se apagan las luces”, un poema que impacta por su lirismo y humanidad: “Pero mi inquietud, / no es un problema estadístico. (…) Es más/ sencillo. Es acercarme/ a la intimidad de cada/ cuarto, cada noche, / y ver a cada uno/ con sus lágrimas/ rumiando un naufragio.”
Con tanto tributo al cine (“Las películas que te/ formaron, y las que/ rechazaste, son el/ resumen de lo que sos.”), no podían faltar ofrendas a la poesía y a la literatura. En “Trama” subraya: “Con la poesía siempre/ se bordea un bajo fondo, / un muelle con brumas, / vigilado por un inspector/ Maigret, que no soporta/ nuestro rumbo, /de deambular mirando/ y haciendo preguntas.” Y la Tercera Parte contiene “Tempestades”, en la que afirma: “Otras películas y/ otros libros, no/ tienen precio. Superan/ a la lluvia. /Le hacen un guiño/ al tiempo.” Ya en “Film psicodélico”, el homenaje se dispara en múltiples direcciones: “No, el amor no es/ un perro azul. El/ amor es un faro. / El del Cabo de Hornos. /Hay niebla, llueve/ y es difícil de encontrar. / Como la poesía. / Te vive prometiendo/ un bosque, / y el bosque no está.”
Fernando Kofman (Posadas, Misiones, 1947) es poeta y ensayista, y creó en los años ochenta la revista Sátura. Junto a Esteban Moore estuvo a cargo de la editorial de poesía Calle Abajo. Como ensayista abordó temas de poesía, de música y de sociología. Algunos de sus obras son: Caída de la catedral, La insolación, El dúo de música de cámara, De Bell a Campana, Tres óperas políticas, La idea de absoluto y sus fundamentalismos, Mi primer ratón, Los valores que nos dejaron las teologías políticas y En el anochecer de la tevé. Su libro Zarza remueve fue traducido al inglés. Desde 2005 el autor y Santiago Espel codirigen la revista de filosofía y poesía FranKBaires.
Germán Cáceres
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