de Liliana Díaz Mindurry
(Ediciones del Dock, Bs. As., 2017)
El libro comienza con un lúcido y agudo prólogo de Jorge García Sabal.
Consta de dos partes: una compuesta por «Tres poemas antifilosóficos” y otra titulada «Alicia».
En la primera sección una versificación original, como de apuntes hilvanados al azar, tejen un universo marcado por un clima pesimista cercano al nihilismo.
Según estos tres poemas nuestro mundo no sería nada más que un caos sin sentido.
«Alicia» sigue la misma línea describiendo un cosmos sin certezas, en el cual todo se ignora. El personaje se muestra como un ama de casa alcohólica: ella bebe, “la eternidad es esa.”
Hay en sus versos una disposición tipográfica muy personal que puede entenderse como un recurso visual sobre la página en blanco.
La poesía de Díaz Mindurry participa de lo surreal, del juego de conceptos, de disparador de contradicciones y de la admisión del absurdo. Wonderland también se asume como un bramido desesperado.
Demuestra imaginación al recrear escenas de Alicia en el país de las maravillas, transformándolas en ámbitos esperpénticos, más lunáticos que los presentados en esa novela colmada de fantasía.
La autora, nacida en Buenos Aires, tiene veintitrés libros publicados y recibió numerosos premios. Así, entre otros, el Primer Premio Municipal de Buenos Aires (bienio 90-91); el Primer Premio Municipal de Córdoba; el Primer Premio Fondo Nacional de las Artes 1993; y por su novela Pequeña música nocturna, el Premio Planeta 1998. Su obra fue traducida al alemán, inglés y francés.
Germán Cáceres
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