de Stephen King
(Random House Mondadori S.A., Buenos Aires, 2014, 496 páginas)
La novela transcurre en los años 2009 y 2010 (“Pensó en la persistente sequía de los años treinta y en la Gran Depresión. Aunque esta otra crisis, la actual, no era precisamente pequeña, o eso opinaba él.”) Es un policial clásico a la manera de un John Dickson Carr o un James M. Cain –al que está dedicado- y posee mucha influencia cinematográfica, porque un montaje paralelo se encarga de relatar los esfuerzos del inspector retirado Hodges por apresar al asesino serial Brady, mientras éste planea cometer nuevos actos monstruosos. King vuelve a mostrar su talento para retratar a personajes psicópatas y, además, referir los hábitos de un policía jubilado. Los razonamientos de éste son convincentes porque se toma su tiempo para relacionar hechos y extraer conclusiones.
El autor utiliza párrafos cortos, precisos, que facilitan la lectura y el ritmo narrativo. Su punto de vista es omnisciente y demuestra estar informado respecto a cualquier aspecto de la realidad que describe. Como las series Black Mirror y Homeland y la novela Al límite, de Thomas Pynchon, la historia de Mr Mercedes se apoya en la informática (“Su ordenador no es solo una nueva clase de televisor. Quítese eso de la cabeza. Cada vez que lo encienda, está abriendo una ventana de acceso a su propia vida.”).
Resulta notable como en sus símiles está presente el género de terror que tan brillantemente cultiva el escritor: “aquello era el antiamanecer, húmedo y tan pálido como las mejillas de un cadáver veinticuatro horas después de la muerte”. Ésta es citada con una imagen muy personal: “Al cabo de un instante el tiempo se acabó.”.
Stephen King ha abrevado en la estética de Alfred Hitchcock. Por ejemplo, en el prólogo, para hacer avanzar la acción, utiliza el recurso que el realizador llamaba Mcguffin: un hombre y una mujer jóvenes se conocen en una cola para solicitar trabajo -lo cual preanuncia un seguro futuro romántico- antes de ser inesperadamente atropellados por un Mercedes Benz (“Los transeúntes se comportan como siempre que de pronto un acto violento abre un agujero de un puñetazo en ese mundo que hasta entonces consideraban inamovible”). En otra escena el ex inspector se cruza en la calle con el asesino que el lector conoce y él aún no ha descubierto, procedimiento de suspenso bautizado como el tercero excluido.
La novela en su parte final está demasiado amplificada, a la manera de las series de televisión que inventan un sorpresivo episodio para posibilitar una nueva temporada.
La traducción de Carlos Milla Soler es excelente, un trabajo de primer nivel.
Stephen King (Portland, Maine, EE.UU., 1947) recibió en 2003 la medalla del Nacional Book Award Foundation for Distinguished Contribution to American Letters y en 2007 se lo nombró Gran Maestro de los Mystery Writers of America. Según ha anunciado, Mr Mercedes es el primer libro de una trilogía. Entre sus más de cincuenta novelas se encuentran: La zona muerta, Cementerio de animales, El resplandor, Misery y 22/11/63.
Germán Cáceres
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