Reproducimos la emotiva carta que Silvia Foster, viuda de Norberto La Porta, enviara a la Biblioteca con motivo de la inauguración de la sala que lleva el nombre del maestro socialista.
Estimados amigos:
Enterada de la imposición del nombre de Norberto La Porta, al salón de actos de la biblioteca Sánchez Viamonte, quiero agradecer profundamente el gesto y compartir algunas reflexiones.
Norberto La Porta fue maestro egresado del Normal de Profesores Mariano Acosta.
Su interés por la Educación y la Cultura se evidencio en su diario vivir y en su accionar político. Era un lector compulsivo y memorioso, y volcaba en sus disertaciones los pensamientos que le habían impactado en sus lecturas.
Hoy, estaría muy feliz al ver su nombre rodeado de libros, y en esta casa que como Centro Socialista lo recibiera tantas veces en su andar político, y feliz también, porque las nuevas generaciones concretaron su sueño de convertir este lugar en faro de cultura.
Norberto La Porta comenzó a los 16 años a participar en el Partido Socialista y fue fiel a las ideas y a su vocación por más de 50 años.
Muchas veces me pregunte ¿porque tanta pasión y entrega a su vocación política por encima de otros intereses, incluso familiares?
Seguramente las respuestas son muchas o tal vez una sola.
En Mi paso por la política don Nicolás Repetto, refiriéndose al Dr. Juan B. Justo, decía "...había decidido fundar el Partido Socialista, el maestro se proponía alcanzar por la política lo que había perseguido en vano desde la medicina ... abandonaba la actividad docente y disminuía la profesional. Su decisión me causo profunda pena. Sólo pude encontrar una conclusión clara: el Socialismo debía ser muy serio para que un hombre de la talla mental y moral de Justo se resolviera a consagrarle la vida por entero".
Estableciendo las lógicas diferencias entre el Maestro y Norberto La Porta, no dudo en decir que la vocación de ambos fue la misma.
Creo no equivocarme, al mirar el panorama actual de la política y de los hombres que la ejercen, en pensar que nuevos vientos deberán soplar para reencontramos con la dedicación, el trabajo, la vocación de servicio, la conducta, de los que como ellos, defendieron los ideales por encima de los miles de intereses que presionan y horadan la conducta de los hombres.
¿Quién podía pensar, tiempo atrás, que el Partido Socialista sufriría, hoy, la peor de las crisis, y digo la peor, porque no es una crisis de ideas es una crisis de intereses y de poder, por el poder mismo... aunque éste sea sólo un cargo?
Norberto La Porta hizo mucho y mucho más podría haber hecho por el Partido Socialista al que amaba, en el que logro posiciones escalón por escalón, y no escatimó espacios para cederlos a otros más ambiciosos. Hay un viejo dicho: Dios aprieta pero no ahorca y estoy convencida, desde mi dolor, que Norberto, con su físico cansado pero su vocación intacta, se fue en el momento justo para la política, injusto para quienes lo amábamos.
Visualizaba las traiciones, luchas arteras por un espacio, la falta de ideas y de capacidad intelectual de quienes pregonaban su nombre, lloraban su enfermedad y hoy, pululan en otros espacios que nada tienen que ver con el socialismo ni con La Porta (aunque siguen nombrándolo porque es buena carta de presentación)
Para quienes piensan en la política como el medio para lograr beneficios personales, sepan que solo renunciando a ser una persona de bien pueden alcanzar esos objetivos.
Norberto La Porta no era enemigo de las alianzas, pero era amigo y celoso custodio de sus ideas y principios.
Duro camino espera a los argentinos si no saben discernir y descubrir el verdadero encanto de una vocación y de una conducta sin claudicaciones.
A quienes llevan en su interior los ideales socialistas de libertad, igualdad y justicia social, y la llama de la vocación política para ser practicada con decencia, trabajo y sacrificio vaya mi agradecimiento por este recuerdo y toda la fuerza para recuperar el espacio que el Socialismo nunca debió perder.
¡Ruego a Dios que los ilumine ya Norberto que les contagie la pasión de su vocación!
Silvia Inés Foster de La Porta
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