de Melisa Merkusa Scheuermann
(De Los Cuatro Vientos, Buenos Aires, 2013, 204 páginas)
Son relatos que registran el antagonismo que enfrenta a dragones y unicornios, para lo cual la autora presenta un ámbito ajeno a nuestro universo, el cual está habitado por dioses, oráculos, ángeles, sílfides, gnomos, hadas, elfos, ondinas y demás criaturas que forman parte del género fantástico. Pero, siguiendo los conceptos que postula Rosmary Jackson al citar a William Irwin en Fantasy / Literatura y subversión, bien podría hablarse, en vez de género, de modo literario: “…es un relato basado en y controlado por una franca violación de lo que generalmente se acepta como posibilidad: es el resultado narrativo de transformar la condición contraria a la realidad en una `realidad` en sí misma”.
La prosa de Melisa Merkusa Scheuermann (Tucumán, 1986) es elegante y a la vez clara y concisa, y brilla con mayor intensidad cuando la emplea para describir esferas celestiales colmadas de imágenes oníricas.
La escritora desarrolla una imaginativa enumeración de las especies de dragones, que se dividen en dos grandes grupos: los del Bien y los del Mal. Gozan de la posesión de tesoros y sus bestiales cuerpos están cubiertos de piedras preciosas. Entre sus atributos se destacan el volar, la magia y el arte de la guerra. El libro describe sangrientas batallas en las cuales exhiben una crueldad ilimitada: “Una nube de cloro venenoso y un dragón que corcoveaba intoxicado en las alturas, mientras los demás aprovechaban para aproximarse y carbonizarlo con rayos eléctricos”. Sin embargo, la más sublime de sus cualidades es la Literatura: “…Pero hay algunos Dragones, como yo, que amamos escribir y vivimos sólo para relatar, es la razón de nuestra existencia…”
En este empíreo los dragones y los unicornios son enemigos despiadados. Los unicornios poseen una naturaleza delicada y se acercan más al espíritu femenino. Por ese motivo los dos antagonistas se admiran entre sí y llegan hasta enamorarse profundamente.
En definitiva, en esta cosmogonía personal poblada de sueños, símbolos y utopías, en la cual imperan alternativamente la luminosidad y las sombras, la Scheuermann despliega su honda sensibilidad y su optimismo ya que Los Escritos del Dragón Rojo concluyen con los triunfos del Bien y del Amor.
Por último, se pueden apreciar bellas ilustraciones de la autora y de Susana Scheuermann.
En estos años en que el fantasy de novelistas de habla inglesa tiene tanto éxito entre nuestros adolescentes, sería una buena oportunidad para que también pueden gozarlo a través de la obra de esta joven narradora argentina, que escribió, además, El Mundo de los Sueños (2002), Unicornios y Dragones (2005) y Ányelus (2011).
Germán Cáceres
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