Para alegría de todos, Fata morgana nos deparó otra vez una función a sala llena. Presentó nuestro amigo Cristian N. García.
Además, reproducimos un fragmento del artículo sobre el "circuito cinéfilo" que publicara Fernando López en La Nación, y que leímos antes de la proyección, compartiendo el espíritu cineclubístico:
"El fenómeno importa porque, créase o no, somos muchos los que todavía vamos al cine (a una función de cine, no a su sucedáneo casero) para enriquecer nuestro tiempo, no para "matarlo". En busca de espejos donde mirarnos, mirar a los otros, reconocer el mundo, emocionarnos, reflexionar, abrir los ojos a otras formas de concebir la vida, descubrir lo que hay más allá de nuestros cotidianos y estrechos horizontes, o, sencillamente, a la espera de esa rara, inesperada emoción estética que nos hará salir de la sala oscura un poco más sensibles, un poco más sabios, un poco mejores. Ya bastante cine anestésico hay por ahí para proporcionar esa distracción fugaz y vacía que nos hace olvidar de quiénes somos, dónde estamos y qué nos sucede."
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