“En busca del texto perdido”
El escritor, dramaturgo y ensayista oriundo de Avellaneda y autor de una treintena de obras entre ensayos, cuentos y guiones salió, como Marcel Proust, y se encontró con la literatura.
”El futuro es ese período de tiempo en el que prosperan nuestros negocios, nuestros amigos son verdaderos y nuestra felicidad, segura”, preveía morosamente el escritor Ambrose Bierce, para desmentir utopías.
Los fortuitos, como se leerá, han tenido bastante que ver con la carrera de este hombre vinculado a la economía y que trasciende en la literatura.
Hombre de Avellaneda, que no es poco, recibió en Palermo para orientar la tarde, calurosa, hacia la umbría forma de aprender como se logra llegar al autor.
–¿Qué puede decir de Germán Cáceres?
–Podré decir cómo llegué a ser escritor sin proponérmelo. Nací en Avellaneda, así que fui un chico muy sencillo que jugaba, más que nada, a la pelota, al fútbol.
Me gustaba el potrero. Lo que hacía muy bien era dibujar. Y viene algo fortuito: mis padres se mudan a la Capital, y eso es como ruptura y crisis. Yo era un pibe de la calle, un atorrante, un reo y me encontré una ciudad.
–¿Ya el cine te indicaba un rumbo?
–Llega otro momento fortuito, Aparece en Argentina la “Cinefilia”. ¿Qué signifi ca?: Ingmar Bergman, la Nouvelle Vague, el cine japonés. Entonces me metí en el cine, y en el cine club Nucleo e iba a ver doce películas por semana. Y empecé a escribir sobre cine.
–¿Momento de lanzamiento?
–Hasta que uno que leyó mi nota me dijo: “¿Y por qué en lugar de escribir crónicas de cine no escribís cuentos”. Yo no era un crítico profesional.
Tenía que vivir de otra cosa, y me dediqué a escribir cuentos, después novelas y de golpe vino otro acontecimiento. La historieta se pone de moda. Ya es algo intelectual.
–¿Y qué hiciste?
–Salió la revista “Fierro”, y entrevisté a los más grandes: a Solano López, Alberto Breccia, a Lucho Olivera, Art Spiegelman, a Oswal, los mejores del país. Art Spiegelman, norteamericano, fue una casualidad.
Estaba yo en Nueva York. Y empezaron a salir libros míos de ensayo sobre historietas. Y una escritora me propuso que escribiera para jóvenes. Lo hice y anduvieron bien.
–¿Cómo surgió el teatro?
-Yo puedo hacer un guión de cine. Más fácil es escribir una obra de teatro. Más fácil publicarlo, tal vez. Entonces tomé un guión de cine que tenía y lo transformé en una obra de teatro.
–¿Premios y reconocimientos?
–La Sociedad Argentina de Escritores me concedió cuatro fajas de honor. En teatro, por “Vamos a Manhattan”. Otra faja, por “Oesterheld”, ensayo sobre el guionista de historietas, otra sobre “Traficantes de la selva”, novela juvenil. Gané el primer premio municipal Eduardo Mallea por “La aventura en América”, un ensayo.
“Los hijos del Capitán Grant” ocurre en Chile, “El Faro del fin del mundo”, ambos de Julio Verne, en el Sur de nuestro país. Fui finalista en el Premio “Mas allá”, por el libro de Oesterheld. Tercer premio por “Matar una vez”.
En Montevideo, en el concurso internacional de ficción sobre Carlos Gardel, gané una mención en cuento por “Rapsodia del Río de La Plata”, donde invento que Gardel y Gershwin se encuentran y se van de farra.
También tengo un primer premio por “Los invisibles”, y otro por “Lluvia de cadáveres”. En Brasil me nombran miembro de la Academia de Letras del Nordeste.
Otra Faja de Honor, por “Matar una vez”, novela policial y también otro premio por un guión que hice con Mauro Vargas, el dibujante, que se llama “El que veía los ruidos”.
–¿Podemos hacer un ligero inventario de tus obras?
–Más o menos, dos novelas, cinco ensayos, siete obras de teatro, tres libros de cuentos, cinco libros de literatura juvenil y dos compilaciones de cuentos para mayores. Y ahora programo dos novelas de detectives, estoy escribiendo libros juveniles.
–¿Cuándo empezaste a escribir tu producción?
–Más o menos en 1977. Con “El checo, la giganta y el enano”. Que fue mi primer libro.
–¿Para cuándo salen los títulos que tenés listos?
–Un libro sobre historietas sale el primer bimestre de este 2012. Lo edita “La duendes”. Un ensayo. Después, la editorial Serendipidat me va a editar para jóvenes “El historietista que se convirtió en detective”.
Y Del Naranjo, tiene idea de publicarme “El misterio del profesor ausente”. Nuongo editará “Entre viajes y aventuras”, para jóvenes, un libro de ficción basado en exploraciones reales.
Por Carlos Alberto Parodíz Márquez
Diario La Unión de Lomas de Zamora, 26 de febrero de 2012.
Germán Cáceres es el responsable de la sección "Crítica literaria" de www.carlossviamonte.com.ar
”El futuro es ese período de tiempo en el que prosperan nuestros negocios, nuestros amigos son verdaderos y nuestra felicidad, segura”, preveía morosamente el escritor Ambrose Bierce, para desmentir utopías.
Los fortuitos, como se leerá, han tenido bastante que ver con la carrera de este hombre vinculado a la economía y que trasciende en la literatura.
Hombre de Avellaneda, que no es poco, recibió en Palermo para orientar la tarde, calurosa, hacia la umbría forma de aprender como se logra llegar al autor.
–¿Qué puede decir de Germán Cáceres?
–Podré decir cómo llegué a ser escritor sin proponérmelo. Nací en Avellaneda, así que fui un chico muy sencillo que jugaba, más que nada, a la pelota, al fútbol.
Me gustaba el potrero. Lo que hacía muy bien era dibujar. Y viene algo fortuito: mis padres se mudan a la Capital, y eso es como ruptura y crisis. Yo era un pibe de la calle, un atorrante, un reo y me encontré una ciudad.
–¿Ya el cine te indicaba un rumbo?
–Llega otro momento fortuito, Aparece en Argentina la “Cinefilia”. ¿Qué signifi ca?: Ingmar Bergman, la Nouvelle Vague, el cine japonés. Entonces me metí en el cine, y en el cine club Nucleo e iba a ver doce películas por semana. Y empecé a escribir sobre cine.
–¿Momento de lanzamiento?
–Hasta que uno que leyó mi nota me dijo: “¿Y por qué en lugar de escribir crónicas de cine no escribís cuentos”. Yo no era un crítico profesional.
Tenía que vivir de otra cosa, y me dediqué a escribir cuentos, después novelas y de golpe vino otro acontecimiento. La historieta se pone de moda. Ya es algo intelectual.
–¿Y qué hiciste?
–Salió la revista “Fierro”, y entrevisté a los más grandes: a Solano López, Alberto Breccia, a Lucho Olivera, Art Spiegelman, a Oswal, los mejores del país. Art Spiegelman, norteamericano, fue una casualidad.
Estaba yo en Nueva York. Y empezaron a salir libros míos de ensayo sobre historietas. Y una escritora me propuso que escribiera para jóvenes. Lo hice y anduvieron bien.
–¿Cómo surgió el teatro?
-Yo puedo hacer un guión de cine. Más fácil es escribir una obra de teatro. Más fácil publicarlo, tal vez. Entonces tomé un guión de cine que tenía y lo transformé en una obra de teatro.
–¿Premios y reconocimientos?
–La Sociedad Argentina de Escritores me concedió cuatro fajas de honor. En teatro, por “Vamos a Manhattan”. Otra faja, por “Oesterheld”, ensayo sobre el guionista de historietas, otra sobre “Traficantes de la selva”, novela juvenil. Gané el primer premio municipal Eduardo Mallea por “La aventura en América”, un ensayo.
“Los hijos del Capitán Grant” ocurre en Chile, “El Faro del fin del mundo”, ambos de Julio Verne, en el Sur de nuestro país. Fui finalista en el Premio “Mas allá”, por el libro de Oesterheld. Tercer premio por “Matar una vez”.
En Montevideo, en el concurso internacional de ficción sobre Carlos Gardel, gané una mención en cuento por “Rapsodia del Río de La Plata”, donde invento que Gardel y Gershwin se encuentran y se van de farra.
También tengo un primer premio por “Los invisibles”, y otro por “Lluvia de cadáveres”. En Brasil me nombran miembro de la Academia de Letras del Nordeste.
Otra Faja de Honor, por “Matar una vez”, novela policial y también otro premio por un guión que hice con Mauro Vargas, el dibujante, que se llama “El que veía los ruidos”.
–¿Podemos hacer un ligero inventario de tus obras?
–Más o menos, dos novelas, cinco ensayos, siete obras de teatro, tres libros de cuentos, cinco libros de literatura juvenil y dos compilaciones de cuentos para mayores. Y ahora programo dos novelas de detectives, estoy escribiendo libros juveniles.
–¿Cuándo empezaste a escribir tu producción?
–Más o menos en 1977. Con “El checo, la giganta y el enano”. Que fue mi primer libro.
–¿Para cuándo salen los títulos que tenés listos?
–Un libro sobre historietas sale el primer bimestre de este 2012. Lo edita “La duendes”. Un ensayo. Después, la editorial Serendipidat me va a editar para jóvenes “El historietista que se convirtió en detective”.
Y Del Naranjo, tiene idea de publicarme “El misterio del profesor ausente”. Nuongo editará “Entre viajes y aventuras”, para jóvenes, un libro de ficción basado en exploraciones reales.
Por Carlos Alberto Parodíz Márquez
Diario La Unión de Lomas de Zamora, 26 de febrero de 2012.
Germán Cáceres es el responsable de la sección "Crítica literaria" de www.carlossviamonte.com.ar
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