Amigo Ignacio, un mes atrás usted me decía: “No le temo a la muerte… le temo al olvido.”
Amigo Ignacio, la muerte le llegó… sé que el olvido no.
Poemas y canciones; mujer, hijos, amigos. Testimonios de una vida y una obra.
Amigo Ignacio, discúlpeme… no quiero escribir más. La palabra era para usted un bien preciado, objeto de culto y respeto y por eso las cuidaba, las mimaba… y solamente las dejaba caminar solitas cuando estaban fuertes y se podían defender ellas mismas. Hoy, ahora, en este momento, dolido, tengo temor de equivocar alguna palabra y prefiero callar.
Amigo Ignacio, en silencio lo recuerdo… el olvido no llegará.
Guillermo Fuentes Rey
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